Como todos sabemos, castrar/esterilizar a una mascota es un requisito indispensable para poder adoptar.
Muchas personas a día de hoy no castran a sus animales diciendo “pobrecitos, ¿y si deja de ser mi perro/gato?, no quiero que mi perro/gato cambie y no sea el mismo” a modo de excusa porque realmente no saben lo que “cambia” en el animal. También hemos oído el típico “no lo castro porque pobrecito, habrá que dejar que monte/se quede embarazada alguna vez”… La carga moral y los componentes psicológicos tan presentes en la especie humana carecen de valor en la canina, por lo que una perra no que gestante o no tenga descendencia no se verá afectada psicológicamente.
Tampoco está demostrado científicamente que exista un retraso en el crecimiento de éstas por realizar una esterilización temprana (entre el primer y segundo celo).
Os vamos a comentar los beneficios de la esterilización y os vamos a desmentir algún que otro mito.
1. Podemos evitar tanto infecciones como tumores.
– Podemos evitar múltiples infecciones como las de orina o la piometra.
– El riesgo de contraer tumores mamarios (en las hembras) y testiculares (en los machos) se anula con la esterilización. El cual es fatal (causa de muerte) en el 50% de los perros y en el 90% de los gatos.
– Incluso si ha pasado por cáncer de próstata, no se descartaría del todo la castración.
– Al contraer menos enfermedades e infecciones, los gastos veterinarios se ven reducidos a solo las vacunas, y por supuesto, nuestro compañero vivirá mucho más junto a nosotros.
2. Menor agresividad. La castración en el macho elimina la producción de la hormona testosterona (hormona masculina), pero deja en circulación los niveles de estrógenos (hormonas femeninas) que todo macho posee, y en muchos casos puede “endulzarse” su comportamiento.
3. Menos marcaje con orina. La esterilización puede hacer que tu perro deje totalmente de marcar, pero hay que tener en cuenta que en perros que lleven muchos años haciéndolo se habrá convertido en un comportamiento arraigado en él y puede que siga marcando, pero en menor número de ocasiones.
4. Reducción del instinto sexual. Elimina el deseo sexual del animal, por lo que dejará de montar a otros animales o personas y no se mostrará ansioso y frustrado cuando detecte a una hembra en celo, evitando también en muchos casos las ganas de escapar y deambular fuera del domicilio o el parque, y mejorando en definitiva la calidad de vida de nuestro animal.
5. No, no dejará de ser tu perro/gato. Su comportamiento no será el de otro perro/gato, simplemente, si es macho, su nivel de testosterona bajará, cambiando en mayor o menor medida en cuanto a relación con otros machos, marcaje y demás comportamientos “tolerables”.
6. Cero embarazos psicológicos. Si tu perra/gata tiene embarazos psicológicos podría derivar en piometra o tumores mamarios, por lo que al extraer el útero nos quitamos de estos problemas tan graves.
7. ¡NO hará que tu perro/gato engorde! ¡no uses esta vieja excusa! Lo que hará que tu compañero engorde es la falta de ejercicio físico y por su puesto darle una dosis superior a lo que se debería por su peso ideal.
La castración es el modo más eficaz contra el abandono, ya que en España el número de abandonos al cabo del año alcanza la escalofriante cifra de 280.000 de perros y gatos (datos de 2020), y aunque es una barbaridad bajó un 6’6% con respecto al año anterior (año 2019).
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